¿Por qué se producen cuellos de botella en los puertos chinos?

Desde el comienzo de la pandemia del COVID-19, China se ha posicionado como uno de los países con una de las más estrictas políticas sanitarias del mundo persiguiendo el objetivo de “cero COVID”. Entre otras medidas, esto ha significado el cierre de los principales puertos marítimos, lo que se ha traducido en la generación de cuellos de botella en la economía de muchos países.

En la actualidad, y pese al gran descenso en números de casos y de personas ingresadas por esta enfermedad, se siguen produciendo cierres en los principales puertos marítimos de China que siguen ocasionando importantes problemas en la economía mundial.

El cierre de los puertos chinos, ¿ qué implica?

Cuando a finales de marzo de 2022, China decidió cerrar la ciudad de Shanghái, los retrasos en los envíos entre China y los principales puertos de EEUU y Europa se multiplicaron por cuatro. Hay que recordar que Shanghái posee el puerto de contenedores más activo del mundo, y el cierre de esta ciudad condenó a otras 27 ciudades a un cierre total o parcial.

El cierre de los puertos implica que los buques no puedan cargar ni descargar en los puertos de China. Al mismo tiempo no hay mano de obra disponible para mover la carga de los barcos, ni tampoco para transportar las mercancías hasta el muelle de otras localidades, lo cual supone una gran amenaza a la cadena de suministro en el resto del mundo.

Para evitar que la situación de China ponga en peligro a la economía del resto de países, la Confederación de la Industria Alemana (BDI) ha instado al Gobierno chino a que se replantee su estricta política sanitaria por el bienestar de la población y por las relaciones comerciales que tiene este país con sus socios comerciales. Pero a pesar de las peticiones, se cree que esta política restrictiva seguirá vigente, como mínimo, hasta el 20 Congreso del Partido Comunista (CPC), que tendrá lugar en otoño.

Situación actual de China y la falta de mano de obra

Como acabamos de comentar, China ha adaptado una estricta política sanitaria para de esta forma evitar la expansión del virus. Esta medida ocasiona que los residentes de determinadas zonas solo puedan salir de los recintos por motivos excepcionales, como por ejemplo una emergencia médica. Una gran parte de la población del país, de hecho, ni siquiera puede salir de la puerta de su casa, por lo que tampoco pueden acudir a sus puestos de trabajo. 

Con las nuevas oleadas de contagios en múltiples regiones de China, las autoridades han decidido cerrar ciudades enteras. Son medidas muy estrictas que se toman sin tener en cuenta el hecho de que algunas de estas ciudades sean puntos clave en las cadenas de suministro, con lo que eso significa.

Como son numerosos los trabajadores que no pueden acudir a su puesto de trabajo, las industrias han acusado de forma notable esta carencia de mano de obra tan necesaria para que las fábricas funcionen de forma correcta y puedan trasladar sus productos y mercancías a otros puertos de Asia.

Además del cierre de puertos, muchas empresas se han visto en la obligación de cerrar sus puertas, y a los problemas de logística y abastecimiento, hay que unir los continuos casos de rebelión entre los residentes.

Por lo tanto, la consecuencia directa de estas estrictas medidas de la política de cero contagios es la total asfixia de la industria del país. Esta situación podría tener un preocupante efecto dominó en las cadenas de suministro a nivel mundial, generando nuevos cuellos de botella en la economía y el comercio internacional, provocando desabastecimiento en las ciudades europeas. Un ejemplo muy representativo es el que ha vivido el sector del automóvil. El problema del cierre de una fábrica de componentes para el sector se suma al retraso en la logística. Esto ha provocado una demora muy significativa en la entrega de pedidos además de cierto desabastecimiento.

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