¿En qué consiste un aval bancario? ¿Cuál es su funcionamiento?

9 agosto, 2022
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La adquisición de una vivienda implica tomar ciertas decisiones, una de las más comunes es la solicitud de una hipoteca. Generalmente, la mayoría de compradores hacen uso de este trámite para comprar una casa. Se trata de un proceso realmente habitual, pero del que quizás se te escapen algunos detalles como, por ejemplo, el aval bancario. Este aspecto es una garantía que ofrece la propia entidad en caso de impago para poder responder ante un tercero. Si quieres conocer más detalles, ¡sigue leyendo!

¿En qué consiste un aval bancario? 

El uso de un aval bancario tiene hoy en día muchas aplicaciones, desde la compraventa de un inmueble hasta su uso en concursos públicos o licitaciones de obras. También, y de forma cada vez más extendida, aparecen los avales bancarios para el alquiler. Pero ¿qué es estrictamente un aval bancario? Este procedimiento es una garantía, donde la entidad financiera es responsable del cumplimiento de los pagos frente a un tercero. Se asemeja a un préstamo, pero con algunas características distintas. Para la entidad supone un riesgo, pero el aval no implica un desembolso total del importe como en el préstamo, sino que puede suponerlo (o no) en el futuro. 

La dinámica es muy sencilla. Si el cliente incumple las obligaciones pactadas con un tercero, este puede llevar a cabo una reclamación exigiendo la cantidad completa a la entidad. Es aquí cuando el avalista se hace cargo de rápidamente del impago, eso sí, el avalado pagará a posteriori – excepto que se declare insolvente-, todo el importe.

 Perfiles que participan en el aval bancario

En este ejercicio financiero interceden tres figuras principales y son:

  • El avalista. En este caso, la entidad financiera que responderá frente a un tercero en caso de que el cliente incumpla los pagos.
  • El avalado. El cliente que solicita el aval a la entidad. 
  • El beneficiario o tercero. Esta figura -ya sea una persona física o una empresa-, puede exigir al avalista en caso de impago la cantidad total.

¿Qué costes se derivan del aval bancario? 

Como todo préstamo o hipoteca, el aval bancario supone un riesgo para la entidad, por ello se aplican una serie de intereses que pueden incluir las siguientes características:

  • Comisiones. Hacen referencia al estudio financiero, las costas de apertura, la gestión ante notario, etc. Además de una de las comisiones más destacables del 1,5% del total.
  • Otro tipo de gastos que no están relacionados con la entidad, como puede ser, la escritura. 

 

¿Qué tipos de avales bancarios existen?

Existen varios tipos de avales, pero podemos diferenciar los más habituales en dos grandes bloques:

  • Aval de tipo económico. Es el compromiso más común. A través de el se establece una obligación entre el avalado y el avalista del pago a un tercero. Lo separaríamos en dos categorías:
  • Económico-financiero. La firma de este término, incluye la devolución completa del importe recibido por un tercero.
  • Económico-comercial. En caso de impago, la entidad financiera cubrirá por completo los impagos que provengan de transacciones comerciales.
  • Aval técnico. En la actualidad, son los más utilizados en obras públicas o licitaciones. Este tipo de aval cubre el quebrantamiento de las obligaciones que no están relacionadas con los pagos como, por ejemplo, sobre la responsabilidad en la finalización del proyecto. 

¿Cuáles son las exigencias que impone la entidad financiera?

Antes de firmar la solicitud del aval bancario, la entidad te exigirá una serie de requerimientos que debes cumplir. Estos son los más habituales:

  • Estudio del perfil financiero. Antes de concederte el aval, la entidad revisará tus cuentas para comprobar si eres solvente, es decir, movimientos, nóminas...
  • Después del estudio. Tras la revisión, se fijan ciertas condiciones entre la entidad y el avalista como: plazos, tipo de trámite, importes, comisiones, etc.
  • Antes de entregar el aval. Ante de formalizar el contrato, se lleva a cabo la firma ante notario de la Póliza de Cobertura de Garantía Bancaria. Un contrato donde quedan formalizadas las condiciones antes establecidas.
  • Por último... Se firma y entrega la póliza junto al aval al beneficiario para que rellene los documentos y después poder registrarlos en el Registro de Avales de la propia entidad.

¿Cuánto dura y cuándo finaliza un aval bancario?

Si bien, existe un pacto entre el avalista y el avalado sobre la duración estimada del contrato, un aval bancario no tiene fecha de caducidad. Pero ¿cómo es posible? El aval puede ser indefinido sin fecha exacta de cierre. Eso sí, es importante mencionar algunos casos peculiares en los que la duración estará regulada por ley. Como por ejemplo en la Ley 57/1968, una ley que obliga de forma indefinida los pagos que se avalen al promotor. Si finaliza el plazo establecido para el aval sin incidencias, la entidad financiera finalizará la operación con el avalado. Llegados a este punto, el avalado deberá formalizar la abolición del aval si desea recuperar el importe completo. 

 ¿Existe el aval bancario para el alquiler?

¡Claro que sí! En la actualidad, son los más habituales. Suele ocurrir cuando una persona que va a alquilar una vivienda no dispone de unos ingresos estables o su contrato de trabajo es muy reciente. Ante esta situación, el arrendador o en su caso, la agencia inmobiliaria, pueden exigir una garantía para protegerse en caso de impago. Mediante el aval bancario, la entidad garantiza ese cumplimiento. ¿Y qué ocurre si el arrendatario no paga las mensualidades del alquiler? En este caso, la entidad hace frente al impago pagando las mensualidades que correspondan.

¿Puedo conseguir un préstamo sin aval?

Sí, pero con excepciones y algunos detalles que te contamos a continuación. Para responder a esta duda tan común, primero debemos separar los préstamos en dos bloques diferenciados: por un lado, estarían los préstamos hipotecarios y por otro, los personales. En los personales, las gestiones son generalmente más sencillas y la entidad no suele reclamar ningún tipo de garantía. Aunque, en caso de incumplimiento de los pagos, el cliente está obligado a responder con sus presentes y futuros para hacer frente a la deuda.

Los requisitos que imponen las entidades para solicitar un préstamo sin aval bancario son:

  • Ser mayor de edad (Más de 18 años).
  • Solvencia. Que los ingresos de la persona avalada sean mayores que las mensualidades establecidas en el contrato.
  • Disponer de unos ingresos regulares.
  • No tener ningún préstamo o crédito activo en otra entidad.

 

¿Aún tienes dudas? No te quedes con ninguna sobre los trámites relacionados con el aval bancario. Si nos necesitas, estaremos encantados de resolverlas tanto de forma presencial en cualquiera de nuestras oficinas de Caja Rural Central, como a través del teléfono. ¡Te esperamos!

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