El baile en el mercado de divisas, en tiempos de pandemia
La pandemia ha cambiado todos los ámbitos de nuestra vida, desde las relaciones sociales hasta las comunicaciones comerciales con otros mercados del mundo. El 2020 ha sido un año muy intenso, en el que a la crisis sanitaria se le han unido toda una serie de incógnitas por el final del acuerdo del Brexit o las inyecciones de dinero que han promovido los bancos centrales. Todos estos acontecimientos nos llevan a revisar el impacto económico que ha tenido el coronavirus y hasta qué punto ha cambiado la situación del mercado de divisas.
El sector exterior se vio especialmente afectado en el comienzo del año. El foco de la pandemia se encontraba en China, una de las economías más potentes del mundo, lo que provocaba grandes daños a la internacionalización de las empresas de otros continentes. El euro sufrió una “tormenta perfecta”, cayendo a mínimos de 2017 contra el dólar. Debemos tener en cuenta que las cuentas de Estados Unidos apenas habían recibido el impacto, porque la acumulación de casos era muy débil y faltaban test por hacer entre los habitantes. El resultado fue que el dólar siguió siendo una moneda fuerte a pesar de la situación que se vivía en Europa.
El yen, la divisa japonesa, también había subido respecto al euro, aunque en una proporción menor, logrando un máximo de seis meses. Taro Aso, el ministro de Finanzas de Japón, llegó a afirmar que era necesario “observar los vaivenes de divisas y acciones por un tiempo”, para vigilar que el bienestar monetario no provocaba pérdidas futuras en las arcas niponas y que este aumento era realmente sólido.
Por su parte, la libra se hundió hasta mínimos de 1985, por debajo incluso de los niveles a los que llegó después del referéndum del Brexit de 2016. La clave de la caída de esta divisa a lo largo del tiempo son las perspectivas de incertidumbre por el Brexit, que va unida a la probable recesión económica que va a provocar el coronavirus en las islas.
Desde el mes de marzo, y en poco tiempo, el coronavirus se extendió por medio mundo y avanzaba a pasos agigantados amenazando la economía global. El resultado puede medirse en varias etapas, como mayo, septiembre y diciembre, para hacernos una idea de cómo ha afectado al mercado de divisas a lo largo del tiempo.
MAYO
En mitad de la crisis económica y sanitaria, Francia y Alemania decidieron firmar un inesperado pacto para aportar 500.000 millones de euros en subvenciones no reembolsables a aquellos sectores estratégicos y países que lo precisaran. Esto provocó un alivio frente a la incertidumbre que había desatado la decisión del Tribunal Constitucional alemán, un órgano que había puesto en duda el programa de compras de deuda del BCE. La alegría por el nuevo fondo provocó un repunte del euro por primera vez desde principios de abril.
La libra también experimentó un crecimiento constante, recuperando máximos de cuatro meses y medio. Parece que, por un momento, logró superarse la incertidumbre que reinaba sobre las negociaciones para la salida del Reino Unido de la Unión Europea.
SEPTIEMBRE
En septiembre llegó la euforia para el euro, que llegaba a máximos de septiembre de 2018. La nueva situación, con una incidencia menor de la pandemia, provocaba que los países europeos comenzaran a ver la luz al final del túnel.
En los Estados Unidos la situación era diferente. La caída de la rentabilidad de la deuda del Tesoro estadounidense señalaba que el mercado preveía una lenta recuperación en Estados Unidos. Cada vez había menos esperanzas de que los estímulos aplicados por la Reserva Federal (Fed) durante más tiempo lograran apoyar la economía de forma satisfactoria.
La consecuencia de todos estos datos negativos es que, durante el 2020, el dólar ha perdido su carácter de divisa robusta y moneda refugio, provocando la desconfianza de los propios inversores. Y eso a pesar de que, en los meses siguientes, el par EUR/USD demostraría bastante estabilidad.
El caso de la libra británica sería el contrario. Esta divisa aumentaría su avance, en un mes donde en Reino Unido comenzaba el confinamiento más duro a pesar de los grandes estímulos con los que el Banco de Inglaterra quería invertir la situación de los mercados.
DICIEMBRE
A partir de diciembre, el índice dólar, que sirve para comparar su nivel respecto al resto de divisas, cotiza a mínimos de dos años y medio.
La recta final de 2020 supone un período de incertidumbres para esta moneda, que ha visto cómo el euro, la libra, el yuan y en especial el yen han conseguido darle alcance. La subida ha sido prolongada, de forma que el euro ha reaccionado a la debilidad del dólar con nuevos máximos comparables a valores del 2018.
El mes de la Navidad ha traído un pequeño suspiro para la libra, que ha ido ascendiendo de forma notable. El futuro del Brexit y las negociaciones entre el gobierno del Reino Unido y la Unión Europea no parecen suponer un mal trago para los operadores dentro del mercado de divisas.