La sostenibilidad y otros retos de Europa para el mundo rural

27 enero, 2021
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El mundo rural es una de las grandes bazas de la Unión Europea para este año. El desarrollo de los pueblos y los campos será una prioridad constante, para conseguir que cada vez más ciudadanos y organizaciones abran sus negocios en entornos rurales que permitan la lucha cercana contra la despoblación.

La ONU es muy clara en sus informes, afirmando que cerca de un 68% de la población mundial vivirá en ciudades para el año 2050. ¿Qué significa esto? Que debemos encontrar un equilibrio entre el desarrollo sostenible de las urbes y el mundo rural de cara a los próximos años.

Coge papel y boli, porque vamos a señalarte los retos que tiene la Unión Europea para hacer del medio rural una baza en la lucha contra el cambio climático, logrando el máximo beneficio y respetando el medioambiente para lograr un mundo sostenible.

 

 ¿Cuántos retos tiene Europa pendientes para el 2021?

Los datos nos dicen que cerca de un 29% de la población total de la UE vive en el medio rural. Hay miles de familias viviendo en este entorno, trabajando en la agricultura, en la ganadería o en los modelos de olivicultura innovadores como el de España.

Uno de los retos a los que se enfrenta Europa para el 2021 es el demográfico. La población del campo es escasa y envejecida, lo que se ve empeorado por las migraciones de jóvenes a la ciudad, el aumento de la esperanza de vida o la baja tasa de natalidad. Es necesario tener una política activa que ofrezca oportunidades educativas y laborales para que el mundo rural sea una apuesta de valor para los jóvenes del futuro.

El reto salarial exige a la UE atención para incluir nuevas medidas de cara a la Política Agraria Común (PAC) del 2023. La Comisión Europea ya defendió en su informe de 2018 la necesidad de lograr una renta justa para los agricultores, pero esto debe hacerse accesible a muchos otros colectivos del campo durante este año, para que la renta per cápita se iguale con los empleos que hay en la ciudad.

Hoy en día, el sector primario proporciona solo el 1,7% del valor añadido bruto total de la Unión. El reto económico nos pide que tengamos en cuenta la realidad de la economía rural, que debe convertirse en una punta de lanza que impulse la economía a nuevos horizontes sin descuidar el buen trato del entorno.

La emisión de gases invernaderos ha afectado a 22 millones de agricultores en la Unión Europea, mientras que 44 millones de empleos relacionados con la producción de alimentos podrían sufrir este impacto. El reto medioambiental es cada vez más importante, a través de la coordinación de organismos y ciudadanos para poner freno al efecto que supondría el despilfarro del entorno para la economía.

La tecnología es uno de los valores más importantes para el mundo rural. La agricultura se verá beneficiada por el impulso de la revolución digital, pero aun así es necesario implementar medidas para beneficiar la llegada de las redes a los campos. La digitalización, con una brecha digital del 14% de media, hace necesaria una inversión muy efectiva que permita el crecimiento sostenible de los campos.

Junto a este tenemos el reto sostenible, que pretende coordinar la llegada de las smart villages o pueblos inteligentes a la Unión Europea. Se trata de comunidades rurales que traen soluciones innovadoras basadas en fortalezas y oportunidades a nivel local. Este modelo rural necesita de una participación activa por parte de organismos públicos que puedan garantizar un buen presupuesto para la transición sostenible.

La realidad es que la población del medio rural apenas tiene medios informativos por parte de la Unión Europea. Los trabajadores de la agricultura deben contar con dispositivos y datos actualizados al momento para conocer la situación de sus campos y las subvenciones que tiene la PAC para ellos. Solo de esta forma se reducirá la barrera participativa que tienen ellos en las decisiones más importantes.

Otros desafíos para el futuro rural son la igualdad de género plena, reconociendo el importante papel de la mujer para combatir la despoblación rural, o el papel del campo como un agente de cambio que garantice un desarrollo pleno en la actividad de las ciudades.

Como ves, las instituciones europeas y los ciudadanos tienen multitud de desafíos por delante con la llegada del 2021. El esfuerzo y el impulso innovador de los organismos será de gran ayuda para favorecer la empleabilidad en el medio rural, logrando herramientas y ayudas necesarias para el desarrollo sostenible de cada comunidad.

 

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